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Recuerda, es importante antender al pie de la letra la convocatoria, ya que los mejores trabajos serán considerados para ser publicados en el segundo tomo del libro.
Correo al que debes enviar tu propuesa: microponencias@gmail.com
Se adjuntan los ejemplos:
Desde hace bastante tiempo, el panorama del texto académico promueve la estandarización formal de la estructura de su contenido, ofreciendo al investigador y sus respectivos lectores una única manera de concebir la creación, consumo y difusión del conocimiento de corte literario. El texto se encuentra desprovisto de riesgos y, por lo tanto, de atrevimientos en su forma. Frente a este paisaje restrictivo y paradójico, sobre todo al tratarse de textos que problematizan la literatura, es decir, un fenómeno que constantemente redefine y reta sus propias fronteras genéricas, el Círculo Literario Cafetera Azul tuvo a bien generar la propuesta de las microponencias.
Una microponencia, como su nombre lo indica, pretende que con el menor número de palabras se expongan de manera atractiva discusiones en torno a la literatura. Se recomienda que la estructuración de la misma conste de tres partes y que cada una abarque una cuartilla: una introducción al tema; el desarrollo concreto del mismo y sus respectivas conclusiones que, como lo indicaba en la convocatoria, constituyan en su conjunto un certero golpe interpretativo.
Es sencillo advertir el reto escritural que supone la microponencia, una de sus muchas exigencias es la de concentrar en un espacio mínimo el resultado de investigaciones e interpretaciones complejas. La microponencia se adueña del texto académico convencional, reconfigurándolo desde dentro, derribando los prejuicios de contenido y forma. Aquí cada palabra cuenta y los autores deberán jugar inteligentemente sus piezas, ya que cuentan con pocas. Al momento de su presentación, este formato hace posible un mayor número de ponencias en un mismo coloquio, convocando, al unísono, la escucha atenta del auditorio.
En el caso de esta primera edición los autores solamente podían hacer uso de tres cuartillas.
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